La Limpieza de la Lente es una Cuestión Vital
La fotografía es una cuestión de luz. La lente debe permitir conducir la mayor cantidad de luz posible, por lo que una de las figuras de mérito en las lentes suele ser su transparencia. Fuera de toda duda, la suciedad limita la transparencia de la lente. Y lo que es peor, lo hace de una manera irregular haciendo que aparezcan formas o elementos indeseados en las fotos.
Es Cristal. Y el Cristal se Raya
No olvides nunca que las lentes son delicados cristales que son fáciles de rayar. Piénsalo especialmente cuando vayas a limpiarla con el puño de la camisa o lo primero que te encuentres por el camino. Los daños pueden ser irreparables. Si tienes una réflex, siempre podrás cambiarle el objetivo, pero ¿cuánta pasta te gastaste en él?. Si tienes una compacta, las rayaduras en la lente te acompañarán hasta el final de sus días.
Hazte con un Kit de Limpieza: Merece la Pena
No solo disponer de una adecuada gamuza es todo lo que necesitas: el líquido limpiador es básico. Merece la pena comprarse un kit limpiador y con este llevar a cabo la limpieza de la lente de la cámara y no correr riesgos. Tampoco es tan caro: por unos 15 o 20 euros puedes encontrar kits bastante majos. No es tanto comparado con lo que puedes perder.
Cuidado con el Líquido Limpiado
Si se te agota el líquido limipiador no improvises. A veces las lentes están cubiertas por micropelículas que se pueden dañar en contacto con diferentes tipos de alcoholes y otros líquidos. Puedes acabar con la transparencia de tu lente de modo irreversible.
El Método de Limpieza Influye
Como en todo, existe un modo correcto de hacer las cosas. Te damos unas recomendaciones para ayudarte:
En primer lugar, elimina lo más gordo con la brocha. Los kits suelen incorporar una brocha de pelo muy suave con una burbuja de aire para poder barrer y soplar el polvo y las motas superficiales.
A continuación, echa un par de gotas de líquido limpiador sobre la gamuza. Es preferible no echarlo sobre la lente directamente para evitar los excesos de fluido.
Repasa con la gamuza circularmente la superficie de la lente, de dentro hacia afuera.
Espera a que se seque. Si es necesario, repasa las esquinas con la brocha.
Y, si no ha quedado bien limpia, vuelve a empezar (un poquito de paciencia ¿no? 🙂 )
No te Olvides de los Filtros
Si usas filtros, no olvides que ellos también requieren una limpieza periódica. ¡Ah! ¡Se me olvidaba! Un truquillo más: si vas a trabajar en condiciones muy desfavorables, puedes forzar el uso de filtros para proteger la lente: suele ser preferible exponer los filtros a la lente directamente.
…y lleva el Kit de Limpieza de la lente de la cámara Siempre Contigo
Si no lo llevas encima en el momento preciso en que lo necesitas, ¿para que lo quieres?. Haz sitio en la mochila de transporte y llévalo siempre encima. Es de las cosas que necesitas en el momento más inesperado.